malditos sean los curiosos y que los malditos sean curiosos:
la esencia de la poesía es una mezcla de insensatez y látigo...
....el gran Hank

martes, 19 de marzo de 2024

SCARLET RIVERA: EL VIOLÍN DEL HURACÁN

En Muzikalia:     SCARLET RIVERA: EL VIOLÍN DEL HURACÁN 



Un sinfín de historias y leyendas hablan sobre el significado o el poder del cruce de caminos. El no-lugar, que decía Marc Augedonde los ciudadanos se convierten en meros elementos de conjuntos que se forman y deshacen al azar. En las encrucijadas se enterraba a los suicidas en la Edad Media, se llevaban a cabo ejecuciones y en muchas culturas el cruce de caminos servía para invocar a los ancestros y espíritus, realizar ofrendas, rituales mágicos, de purificación e incluso, canjes a lo Robert Johnson con el mismísimo diablo.

Algo más prosaico pero no menos poético, es el cruce de caminos que en ocasiones une a dos personas. O tres. O dieciocho. Y esos encuentros también pueden resultar una ofrenda para nuestros sentidos, un punto de encuentro entre lo terrenal y lo divino.

Un 5 de junio de 1975, una joven de 25 años llamada Donna Shea caminaba con el estuche de su violín al hombro por la 13th Street del Lower East Side, de Nueva York. La historia no habla de a dónde se dirigía ni de dónde venía porque a veces todo ese envoltorio de detalles queda reducido a la nada, sobre todo cuando una limusina de un color verde horrible se cruza en tu camino. Esa joven nacida en Chicago en 1950, de orígenes irlandeses y sicilianos, que soñaba con viajar a Europa del Este, amaneció un jueves cualquiera sin poder imaginar jamás que acabaría subiendo a un coche desconocido para ir a un local de ensayo en el que pasaría la tarde, escuchando tocar y tocaría ante Muddy Waters, entre otros, grabaría ese verano un álbum, Desire, y saldría embarcada prácticamente en una gira que duraría seis meses. El nombre artístico de la violinista es Scarlet Rivera y el del brujo con el que se cruzó y cambió su vida haciéndola subir al coche, Bob Dylan

Tres meses después, el escritor y dramaturgo Sam Shepard, encontraba una pequeña nota de color verde sobre la mesa de su cocina con un número de teléfono. Bob Dylan quería que le acompañara en su gira para escribir el guion o cuaderno de bitácora de la misma, con la idea de que todo desembocara en una película. Shepard tenía mil planes en mente en su nuevo rancho. ¿Qué pensaba Dylan? ¿Que con un chasquido de dedos iba a dejarlo todo? Sí, de nuevo, el brujo, el bardo de Minnesota, abducía al escritor más cool del momento y lo unía a esa troupe rocanrolera y circense que haría historia recorriendo EEUU y Canadá en 57 recitales que venían a retumbar el mundo, a imagen y semejanza de los indios Hopi, con su legendaria danza de la serpiente y como mensajeros de este mundo lanzarían su plegaría al más allá. La gira del trueno que retumba había cobrado vida.

Dylan y Shepard no se habían encontrado nunca antes, al menos siendo conscientes de ello. En la misma época en la que el Wizard grababa el épico disco The times are changing en los míticos Columbia Studios de Nueva York (lugar que alumbró las grabaciones del Kind of blue de Miles Davis, The Wall de Pink Floyd o el New York New York de Frank Sinatra entre otros muchos), tan sólo a unas calles de allí, en pleno corazón del Greenwich Village, un joven Shepard trabajaba de busboy, lo que vendría a ser ayudante de camarero en uno de los garitos más emblemáticos, el Village Gate. La mayor parte de los feligreses que acudían a expiar sus pecados a golpe de voz o mediante el exorcismo de los instrumentos musicales en el famoso estudio de grabación, también conocido como The Church, ya que eso fue, una iglesia desde 1875, en 1948 reconvertida -eriza por dentro imaginar la acústica y la sensación que debía embriagar cada grabación- tocaban después en vivo, al caer la noche, en el Village Gate. Ambos lugares gozaban de mágicas propiedades acústicas, damos fe de ello.

 

Los tres, Rivera, Shepard y Dylan gastaron sus suelas, sus manos, sus días y noches en busca de sus sueños, en el mismo entramado de calles antes o después o al mismo tiempo. De hecho los tres procedían de ciudades muy cercanas, Rivera y Shepard de Illinois, a orillas del Lago Michigan, y el bardo Dylan de un poco más arriba, Duluth, a orillas del Lago Superior. En esa rayuela del destino se fueron moviendo siempre cerca.

La reunión urgente y salvaje de 18 músicos quedó maravillosamente retratada de la mano de Shepard en un épico libro que probablemente nada tenía que ver con la idea original de lo que debía ser. Algo nos dice que Dylan quería hacer su propia película, inspiradísima en Les enfants du paradis (1945), ya que verle con esa máscara blanca y ese sombrero de ala ancha repleto de flores es ver al gran mimo y actor Jean-Louis Barrault en la misma. Así, como dijo Oscar Wilde «el hombre no es él mismo cuando habla en su propia persona. Dale una máscara y te dirá la verdad», así hizo el hoodoo man, con su banda improvisada y cambiante, sin apenas ensayos, conciertos en pequeños aforos, sembrando el hechizo en ciudades ignoradas en las grandes giras, con actuaciones de casi cuatro horas por sólo siete dólares y medio, más bien una ruina en lo económico, pero para ser historia hay que hacer historia.

Allí, en ese cruce de caminos, fortuito o premeditado, con un elenco de músicos inaudito e inspiradísimo, embriagados todos con el violín que lloraba y reía, los temas sonaron con una energía hechizante, la mirada de Dylan electrizaba y sometía, hay algo hipnótico en cada grabación que nos ha llegado. Para la historia, las cuerdas de Scarlet en el «Yo acuso» musical más efectivo y emotivo que se recuerde, el «Hurricane», nos sigue maravillando, sonó con una fuerza distinta lo envolvió todo de un fuego místico porque allí estaba «la misteriosa dama oscura del violín, con sus sortilegios, su espada y su serpiente», tal y como la describió Shepard. Y como suele pasar en el no-lugar, los elementos de conjuntos que se forman y deshacen al azar, el de Minnesota no volvió a contar con Scarlet, según dicen eso suele pasar con los genios. O con los trucos de magia en los circos. O en los cruces de caminos.

Pero el violín del Huracán nos sigue y seguirá hechizando.

 


domingo, 11 de febrero de 2024

SENTIMENTAL CATÁSTROFE *

 



¿Dónde vas tú, sentimental catástrofe,

roto soneto,

galgo pasante por tu dorado escudo?

Francisco Umbral




Uno se cansa de pasear por escenarios vacíos trágicamente iluminados en noches literarias sin literatura. La imponderable necesidad de auxilio en la hora muerta lo abarca todo de un modo selvático. Más misterio en la contorsión del verbo, más humedad para lo frondoso en el gemido. El corazón es una bomba, no un recipiente. Mejor la mirada caleidoscopio y el músculo ya caliente de la intuición. Para saltar, combarme, serpentear, apartarme del simulacro de laureles y madreselvas que vienen a enterrar la luz más que a calmar el hambre. Mejor creer/crecer en el primer trazo emocionante que tiña el momento de balada punk por el bancarrotismo de las ilusiones y ser, como diría Kerouac, tan inexcrutable como la dirección que habría seguido un fuego apagado. Seguir hurgando más hondo hasta que la piel cante aleluya y después volver a hurgar, otro mundo aquí y ahora, por una poesía sin prospecto, una velocidad con curvas, una senda con misterios, un alboroto en las raíces. Dejar de explicarnos, que le tiemblen las pestañas y se le dilaten las pupilas al momento que llega. Como dijo el poeta, solo busco un poco de tiempo en estado puro.

Entre tanto pensamiento intoxicado, al fin, fabricar un resplandeciente vagón del silencio, en mitad de tanto siglo veintiuno. 



domingo, 31 de diciembre de 2023

ROMANCERO ELÉCTRICO I

 


Ya solo quiero vestirme de mí misma, de esta piel con cicatriz, de los abismos más altos, con los ojos limpios y las hojas anchas inundadas de verbos madreselva. Hacer algo con la sed de la yegua y la potencia de la palabra derramada cuando todo el mundo se haya ido. Cuando ya todo sea mantel sucio y luces apagadas. El poema del desbordamiento, será, hasta que no le quepa más vida ni osadía. El poema dragón que desate los fuegos.
 
Un poema samurai que describa el mercadillo ambulante que recorre cabeza corazón entraña, cabeza corazón entraña, cada día, cada noche. Un abarcarse corduras y desvaríos al mismo tiempo. Amanecer con calma y cantos. Alabar los silencios que traen luz. Por un poema tan inútil como implacable. Que hable de las huellas de tu mirada. Que no sea mío, que sea de nadie. Como ofrenda imposible. Vapor de lágrima. La llaga de lo innombrable. El aleph de todas las sonrisas. Una sombra de color. Un muro fronterizo de sudor entre nuestras pieles. Una ingle con la suavidad de la porcelana. Caricia todopoderosa.  Que resista y embista. Que teja acordes de savia nueva. 

Que sepa qué hacer con las toneladas de rabia que se acumulan en el suelo del pecho. Esa que te raja la respiración. Esa que se sabe tu nombre. La que vende mechones de pelo y se esconde de los espejos. Que sea como esa ropa ya seca que espera a arder con el sol. Como el tomillo que se engancha a mis dedos y yo lo huelo como si estuviera en lo hondo, como si quisiera arrancarlo y llevármelo más adentro. Y siempre es más adentro. Como si quisiera invocar el momento que fue una y otra vez. 

        Que sea ese poema porque ahora ya sé que mi palabra es el cimiento que quedará de mí.
    





lunes, 27 de noviembre de 2023

SONO TORBIDA PER FARTI ADDENTRARE IN ME


di Julia Roig

(trad. Marcela Filippi)

 

Qui c'è il mondo.

Non sai nemmeno tu della violenza in cui sei coinvolta

Forrest Gander

 

Attraverso le mie rovine travolta da sbornia

con le cosce che tremano come vecchi cani

tra bagliori di febbre e nerbate date con amore

spargo lunghe luci e parole

maneggiando un cannone di fumo a mio piacere

 

Con cartoline dall'eccitazione, tramo un paesaggio elettrico

della donna che con carezze vieni solcando

Regno nudo quello dell'oscenità delle nostre linfe

Sono solo una daga bagnata nella tua schiuma

O viceversa

Dei fianchi ben alti

Tu, catastrofe nelle tempie,

cascata laudano di scommessa tagliente

un fango sciamanico che mi cola lungo il collo e la schiena

 

Larve di desiderio di bocca in bocca

esistere nell'emergenza

di questa femmina affranta, gitana, ventaglio di ciglia

col mio bacio, molto denso

e il flusso del tuo fiume, sferzata fantastica

 

Mentre si avvicina un animale all'insensato

ascolta come gemono i miei rami

perché so che ho già smesso di costruirmi

Ora, che mi gridi il corpo 

che si governi da solo

che si improvvisi

che crolli

col pungere dello sfavillio

 

piangendo tutta l'energia che sia necessaria

 

                                                                                                  (Del inédito Ternura bizarra de alta gama)

 


SOY TURBIA PARA QUE TE ADENTRES EN MÍ/


Aquí está el mundo.

Tú ni sabes de la violencia en la que estás implicada

Forrest Gander

Cruzo mis ruinas azotadísima de resaca

con los muslos que tiemblan como perros viejos

entre relámpagos de fiebre y golpes de culata hechos con amor

derramo luces largas y palabras

manejando un cañón de humo a mi antojo

 

Con postales de la excitación, tramo un paisaje eléctrico

de la mujer que con caricias vienes arando

Reino desnudo el del lumpen de nuestras savias

Solo soy una daga mojada en tu espuma

O viceversa

Unas caderas bien altas

Tú, catástrofe en las sienes,

cascada láudano de apuesta afilada

un barro chamánico que me chorrea nuca y espalda

 

Larvas de deseo de boca en boca

existir en la emergencia

de esta hembra zaherida, gitana, abanico de pestañas

con mi beso, bien denso

y el caudal de tu río, zarpazo fantástico

 

Mientras se aproxima un animal a la insensata

escucha cómo gimen mis ramas

porque sé que ya dejé de construirme

Ahora que me grite el cuerpo

que se gobierne solo

que se improvise

que se derrumbe

con el picotazo del brillo

 

llorando toda la energía que haga falta


El blog de Marcela aquí: Solmar


viernes, 27 de octubre de 2023

Lou Reed

 

Diez años sin Lou, mi temblor eléctrico para él en Muzikalia 



   Lou Reed, el poeta eléctrico en la oscuridad de la grieta



«Cantáis mis canciones para demostraros / Que no sois una basura».


Lou Reed – “Waste”



Sometimes when I’m all alone

I feel a type of fear

dawn’s descending, dusk is breaking

creep my darling near

I see my life before me

as a seamstress sees her pins

full and lined with failure

and coated then with sin

An education gone to waste

talent left ignored

imagination rent with drugs

someone who’s always bored

scared to death of life itself

but even more by death

not fit company for anyone

let alone a wife

no example for a child

therefore no sun for me

I am told never to think these thoughts

for they make me unhappy


The sin was craziness you see

don’t blame yourself for that –

a strange childhood, well that is true

but nothing can be done about that

The future is the same for all

we face it as we can

and there is nothing wrong with fear

it proves that you’re a man


Then other times I feel so good

the opposite you see

I think I’m full of talent

good old intuitive me

I write all hours of the night

terrible poetry

Others say that it is good

but they are lying to me

Why would they lie, you might ask

and to this I would reply

encouraging me encourages them,

to cut me shows their lie

For mine was illusion of life well spent,

everyone thought so

I was courted as a rake

wherever I did go

But I know warts, you can’t fool me

with flattering and praise

You sing my songs to prove to yourselves

that you are not a waste.

lunes, 9 de octubre de 2023

una floristería en llamas

 



"hay una floristería en llamas

y sus cristales estallan en sangre vegetal"

Corcobado

La ausencia destroza y la palabra no escrita es el abismo de espaldas. Yo despierto de la pesadilla con la caída. Así la rompo. Y pienso que escupo sangre. Pero escupo versos. Entonces mi corazón ilumina. Es un farol. Y me lleno de ramas. Y nubes bajas y soy una presa líquida en tus dedos cuando se parte.

Se me derrama el corazón. Pon las manos. Imploro. 

Cómo recupero lo pequeño en la hecatombe? Qué se recoge entre el polvo? Cómo ser en el escombro?

Ahí todos somos ciegos, el tacto busca, el tacto encuentra. Me sé tus caricias aunque me den el infinito. 

Y la vida es la bancarrota de los que se atreven. Y el poro que no suda? no existe? quién lo lame? ven insiste, haz que renazca. 

Las plumas hablan del barro porque no vuelan.  Las plumas escupen tinta para elevarse. Para llegar muy lejos. Y la caricia revive al que no respira. La mirada crucifica un temblor para siempre. Somos incendios que se van apagando sin agua y eso duele mucho. 

un nomeolvides

un parasiempre

un siemprevivas

las plantas mienten y saben más que nosotros

o sencillamente nosotros nos mentimos poniéndoles nombres que no tuvieron nunca. 

me busco, me palpo, me siento, me encuentro y tú enloqueces

soy mi corazón, cada vez más. soy yonqui del temblor, cada vez más. naturaleza viva. 

en las plazas no hay caballos. es el bosque el que eyacula y mi alma la madrugada y mi sexo un cascabel y tu abrazo un colmillo y las dudas capas. 

que no es un fósil el amor

dame raíz dame frescor

luz agua calor

un animal que se arrodilla es algo que solo existe en este poema. ahora. yo. 

búscame viva y locuaz que la poesía es una charlatana de ojos abiertos y piernas largas. Primero te habla de los posos de la cerveza. Después de los posos del sudor sobre la almohada. Pierde el juicio leyendo travesías de sal. Atraviesa párpado y corazón en la misma estocada. 

Solo trae versos peligrosos si los carga dentro. Se llena de euforia y te ama con la paciencia de un adicto. Porque lo es. Porque se rebela. Se revuelve. Se arrastra al templo de tu carne. Te invoca. Te deshuesa. Di, habla, no te calles, escribe, escupe, cabalga, desencadena la energía equivocada, diabla. 


sábado, 16 de septiembre de 2023

de coraje, cafeína y corazones exhaustos

 



Desde lo alto y oscuro de mi soledad 

te beso con la mirada y no lo sabes. 

y no hace falta que lo sepas, ni nada

Jose Sbarra



Aprender a chapotear en los silencios y el frío.

Saber qué hacer con el fuego, la sangre y la ceniza.

Yo busco lo que me deslumbra como los gatos en las carreteras oscuras. Desplegar mi sed como las raíces de un árbol. Entrar voraz en el arte y que todo esté lleno de puertas, ventanas y saltos, dudas y cabos sueltos, rincones de penumbra, coraje, cafeína y corazones exhaustos. Hacer mapas con los poemas. Asfixiarme, impecablemente tierna, leyendo La nube en pantalones de Maiakovski y sus quinientos versos. No busco espejos si lo que traigo es hambre. Aquí la palabra como material volumétrico. El ansia como las luces de emergencia que me guíen hasta sacarme del tedio. Las caricias por encima de la ropa nunca fueron suficiente. Las miradas que no atraviesen no serán consideradas, los cuchillos nunca cortaron con su brillo. No puedo contener el temporal de mis venas ni lo pretendo. No puedo no mancharme si quiero decir algo. No necesito leerte si al acabar sigo impoluta. Escribir es como amarse. No puedo maquillar la hoja en blanco. No puedo forzar un escalofrío. Pero sí atravesar los campos sin dorsal ni herraduras, con la más hermosa desnudez, pero sí arrebatada en mitad de esta jungla de corazones vacíos seguir caminando en busca del latido, del relincho, del tañido. No quiero ligereza ni el poema redondo. Ni el esperado. Ni el definitivo. Ni el que hable de mí. Ni el que viene a noquearme si no cae conmigo. Leer es como amarte. No creo en las cimas. Qué feo se me hace el mundo cuando es un estribillo, cuando es abarcable. A mí lo inesperado. El aplauso es como el eco, habla del vacío. Y el dolor hay que editarlo una y otra vez. 

Me vengo pequeña, algo pugna por dentro constantemente. La maravilla de las noches en habitaciones extrañas, en camas que no son la nuestra, con idiomas desconocidos. La maravilla de sentirse por dentro como inacabada, como recién llegada, recién nacida, viva, febril, errónea, desorientada, inquieta y dejar que "eso" siga pugnando por dentro, que todo sea contraste y deseo, como dijo el filósofo, que después todo es debilidad y costumbre



NO SOY UN HOMBRE QUE SABE. HE SIDO UN HOMBRE QUE BUSCA Y LO SOY AÚN

Hermann Hesse


sábado, 2 de septiembre de 2023

no son benditas como todas ni entre todas

a veces pienso en escribir hasta que el verso se ahogue en su tinta o en sus redes, para gastarme entera y no volver. para ser atrapada y pieza en la boquería. aburrida ya de que prediquen el fin del mundo todos los fines de semana cuando todos tenemos nuestro propio fin del mundo, fin de mes, fin de existencias, el fin de las ganas, el fin que justifique los medios. la obsolescencia inhumana.

Pero exquisitos, perdidos, lúcidos, desnudos y cazadores, una nueva gran belleza, ahora.  Ojalá. Y que el poema sea un trozo de piel, no una bandera que llega manchada.

Porque yo

todo, para fecundar tus párpados. 

Toco, para temblar una vez más. 

Tomo, para aliñar la euforia. 

Talo, lo que sea pena/panfleto como un árbol muerto que se vuelve papel, poema, libro, mango de hacha, tabla de cortar, brasa en un salón lejano. 

No se puede encerrar el equilibrio, como un perro sin dueño, porque simplemente no existe. 

Vamos a estirar los cuadriceps del corazón, pon tu pie como si fuera una garra y así no caerás, me dicen. 

Maldita e inconmensurable la distancia entre el sueño y lo real, el panal y la picadura, la llama y la llaga, el bisturí y la cura. 

La siento en las sienes como una letanía, metrónomo salvaje, cartucho de piel. Lo que soy. 

cuando devoro no soy nada diplomática. 

cuando escucho soy un camposanto. 

cuando amo soy una batalla de la gran guerra, a caballo y trinchera. 

cuando pienso un avispero sinuoso.

cuando hablo la ametralladora de un dios enloquecido. 

cuando me templo, un campesino romántico con luna llena. 

ay las poetas y su sudor. 

ay los poetas y su pudor. 

ay los futuros de la academia y el crepúsculo. 

cuánto daño suave. cuando yo lo que quiero es exprimir gotas de mí sobre tu pecho. quiero ser laboriosa con lo que importa. en este país de carne y pelo largo, quiero excederme y vagabundear sin control ni memoria. hacerme con todas las briznas de ternura que pasan desapercibidas. yo las quiero. lamer desiertos por devoción. desangrarme en caminos hacia la nada. ulular. alimentar jaurías de deseos. avanzar hacia dentro. estar calma y loca. aquí beben los pájaros. en mi boca. aquí anidan las fábulas. en mi clavícula. aquí una cierva dicta el poema de las mujeres que no son benditas como todas ni entre todas. en las noches que no son veneno. entre mis argumentos para enloquecer están tus venas. en mi cabello como diluvio una revolución. tierna y marcial. en la quilla de mis ojos excavo una caricia. carveriana lo uso todo. los bloques de desesperación y las ráfagas de aire fresco. 

ay de los que no son modernos. 

ay de los que no llevan traje de etiqueta. 

ay de los que no hablan de sus pueblos, de sus males, de sus logros. 

yates y plazas, lugares comunes. 

ay de los que de su propia decepción hacen espuela y escuela.

ay



miércoles, 30 de agosto de 2023

frente a un Caravaggio

 



Ritmitas de marea. Si por dentro me observaras, todo lo verías. Cada capa, estrato del delirio que me alberga. Varios libros no escritos, más allá de la dermis, albergamos, porque la Vida, cuando libre, es una loca. De las que no están medicadas. Una danza sin historial de la histeria. Yo no quiero ni enterrar, ni enterrarme. La lucidez es el rayo oblicuo que cruza tu pensamiento, derrumbando a mansalva, lo que a duras penas, a duras rabias, venías tú con ternura construyendo. Viene a crujir y a desdecirte. En la cúspide hace frío y en la mina también cuesta respirar. No quiero leer reseñas del naufragio. La decadencia es obscena si no te toca. Un lienzo puro que cuelga de un muro que se queda a solas al anochecer. No hay viento en los museos. No hay redadas en sus salas. Me encantaría pasear borracha por el Louvre o El Prado. Que me hicieran un control de alcoholemia frente a un Caravaggio. Señorita, usted no puede mirar este cuadro, usted es un tigre. O que me dejen quieta frente a un Bosco, para ver si bajan o suben los niveles de mi aliento. Y desaparecer en El Jardín de las delicias. Nadie se dedica a bucear en mi aliento más allá de las cunetas a las seis de la mañana fuera del Amnesia. Tantas cosas que medir en él. En mi aliento. Desidia, indignación, deseo, voracidad, extenuación, hambre, sed. Esta mujer está demasiado embravecida, aléjense hasta que pase. Y que le pongan mi nombre a un huracán. O a un terremoto. Esta mujer que no observe un Freud, ni un Schiele, ni un Goya, hasta que esté limpia y serena, como un mar tras la tormenta.    

viernes, 11 de agosto de 2023

mujer pimienta

 

el cuerpo es una galaxia


hubo una noche de calor líquido que rezumaba por las paredes y por mi piel, el ventilador a los pies de la cama hacía un barrido sobre mi cuerpo moviendo el aire caliente envolviéndome mientras observaba a un gato en el alféizar de mi ventana y sabía que la temperatura dentro-fuera era prácticamente exacta y sentí el mundo pequeño y caluroso y unido y prieto, no sé explicarlo. sentí que el mundo era una habitación claustrofóbica y quizá yo iba a salir de él. la luz era tenue y la luna azotaba el campo con su rabia honesta. por mi mente pasaron infinitas batallas y mi respiración se hizo profunda, como un pozo hondo que busca agua, más dentro, más más más. hice estiaje de todo el amor que albergaba y de las risas que hacen crujir los centros. y me sentí calma. plena. floreciente hazaña. pensé que a veces he sido un jardín ambulante y mis raíces han roto el suelo del salón de todos los males, porque lo mismo te arrastra un abismo que una pasión cuando lo que tienes es sed. y he sabido siempre que el dolor cuando no es sonoro no es menos dolor. y que mi mente no es del todo penetrable. y creo en el suero de las palabras cuando florecen libres y bañan las heridas sin saber de quién son ni cómo se hicieron. el asedio del deseo no es necesario. y no todo te recibe con un welcome. así que arded dioses, porque este verano trae los ojos de Ramón Lobo y el sueño del pasaporte de Leguineche. la raíz que se entrelaza pelea por el agua. a veces todo es ruido en las sienes. a veces el vacío es voluminoso. y la gruta del corazón tiene tu voz. soy sagrada. pienso. soy sagrada. escribo para mí y expulso toda la herrumbre. escribo para mí y me mezo en los bosques y en las olas. escribo para mí sin burocracia. lamo el envés de todos los asfaltos y regalo mi pecho al eco del alarido que me busque. escribo el manifiesto de la cornisa del alma. acaricio el contorno del impulso de quererme encontrar por dentro. tintas, pintalabios, musas y santos. suspiros y plegarias. veleros en mis lágrimas emborronando todos los mapas. estoy hecha de costas y danzas. una indonesia en mi espalda. me surcan volcanes dormidos. palabras en ruinas. poemas escritos en papel de fumar que solo saben a humo. pero nada importa para el adicto a la belleza. la que ensancha el mundo y le da sentido. el puño que atraviesa el capricho. la boquilla de mi locura. el colapso de la luz, los nombres no dados, las yeguas sin estribos. hubo una noche de calor líquido que rezumaba por mi vientre y mi corazón, hubo una noche que me volvió sagrada. 




miércoles, 26 de julio de 2023

vocación de incendio o la belleza por error




Me interesé por el muralismo hiperviolento y la filosofía hindú, cuando ya el corazón del mundo ardía.

Rodas, Argel, Palermo. 

Poésie-verité, con energía real. Inundarlo todo. Desde los veinte queriendo ser una peonza enloquecida y mi lengua una púa, a lo Papasquiaro. Vivir en la catarsis no acaba de funcionar, qué calle, qué piso, qué puerta, qué campo. Con vocación de incendio, vestida para el baile, armada de tinta, así huyen los poetas, como los pulpos, como el calamar. La piel es un vaticinio. La sonrisa una trinchera que hace las veces de hoguera, de hogar. El poema aguardiente mediterráneo. Me dirijo a una boca de incendio o una escalera de emergencia en un brownie neoyorquino y bebo sangría con Lou, para alejarnos del fuego, pero ya es tarde, me dirijo a la belleza por error, que diría Kundera. Me tatuaré en el hombro izquierdo el blackstar de Bowie. Escribiré el poema de la supernova que nunca fui. Balconing en el corazón y de fondo versos de San Juan de la cruz. La noche oscura del alma. Suena Astral weeks en bucle. Albricias, reina egipcia, la cuna ya arde cual biblioteca de Alejandría. Compite una lágrima por mi fosa nasal izquierda con otra que se desliza por mi mejilla derecha. Ambas, barridas en mi labio superior, acaban en mi lengua y ese es el fotofinish de todas las carreras.

Hablé tanto del fuego que no pensé en el sol. LUX LUX LUX. 

Las máquinas no podrán hacer bacanales ni derramarán el vino. Ni serán abducidas por cantos de serenas sirenas. Hay que ser caníbales, leí por ahí. Y jaulas abiertas. Artesanos de la carne. Y vagabundos futuros por elección. 

Abrir los ojos como un alarido en mitad de tanto fuego equivocado. 

Dame a luz. Sin diplomacia. En cualquier calle. En cualquier camino. Pero dame. La antología de la nada duele como los veranos sin espuma. Como el crepúsculo famélico que atraviesan los caballos de la desesperación de Faulkner. Como los cuchillos del tiempo. Y las canciones sin nadie cerca. O el crimen de los recuerdos. O el caminar a solas la propia piel. Sin veneno exquisito todo serán cenizas. La comedia sin divinidad o el viaje sin nada que no sea noche. El poema se masturba y se desprecia. Demasiadas curvas había en sus ojos. Cómo desnudar a una mujer hecha de silencios. 

Aguardar en el jardín de los torsos 

a que florezcan 

o enloquezcan

mientras todo arde. 




los derechos de lector no existen.